miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cuento: Jimmy y El Duende


Jimmy y El Duende

Era una noche de esas que se acostumbra quedarte en tu casa viendo las caricaturas, cenar un cereal y dormirte, pero Jimmy no era un niño normal, él no hacía lo que los demás niños.

Jimmy decidió ir al bosque a buscar unas ramitas que le ayudaran para hacer una fogata. (Sonido de viento).
Así que se fue en busca de las ramas, encontraba unas pequeñas, otras muy grandes y pesadas pero no encontraba las que él necesitaba (Sonido de ramas cayendo).
Y se preguntó:

- ¿Dónde encontraré ramas que puedan servirme?

Y siguió su camino entrando cada vez más al bosque, con el frió en sus manos y solo su chamarra verde como los soldados que lo mantenía un poco caliente. (Zipper subiendo)

- Brr... Tengo frió - Dijo Jimmy.

Y en eso vio que salía humo de una cabaña, Jimmy sorprendido fue a ver si podría entrar y observó que tenían la madera perfecta que él estaba buscando y la tomo. (Sonido de madera moviéndose)

- ¡Hey, es mi madera! - Salió una pequeña voz.

Jimmy se asustó y vio que un duendecito verde lo miraba enojado, se asusto mucho pero al final se armo de valor (Sonido de tragar saliva) y dijo:

- Ups, lo siento solo buscaba unas ramas y pensé que podía tomar estas, lo siento. - Dijo Jimmy preocupado por ver que diría el duende.

- Mmm... Está bien, no te preocupes, puedes llevártelas si en cambio me das tu chamarra, tengo mucho frio en esta cabaña porque vivo solo. – Dijo el duende.

Jimmy se quedó pensando un rato sobre el trato que le había hecho el duende. ¿Regalar su chamarra favorita solo por la madera, tener frio y tener que cargar la madera de aquí a su casa? Pero el duende tenía frió y vive solo… Se puso a pensar un rato. (Sonido de reloj)

- Esta bien, puedes quedártela, tú la necesitas más que yo y en verdad quiero hacer mi fogata. - Dijo Jimmy seguro de su decisión.

- Gracias, pero en verdad no la necesito solo quería ver que tan noble eres y me dijiste la verdad, por eso puedes quedarte tu chamarra y la madera. – Dijo el duende feliz aplaudiendo. (Sonido de aplausos)

- ¡Gracias! Nos veremos después. Adiós. – Dijo Jimmy feliz y se fue.

Al final Jimmy se quedó con su chamarra favorita y con la leña y pudo tener su fogata que tanto había querido, el duende vio que Jimmy era bueno y todo continúo como estaba y Jimmy de vez en cuando visitaba al duende para que no estuviera tan solo.

Fin. 

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